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Experiencias

Mi nombre es Carlos, tengo 19 años, y hace algo más de un año emprendí mi camino para conocer tierras gambianas junto a un compañero de toda la vida. Me lo propuso y no lo dude ni un segundo. Viajar? Por una buena causa? Conociendo una cultura diferente? Era una oportunidad única!

Nos embarcamos en esta aventura de la mano de ONG Kuwonku, una ONG de Blanes que decidió arrancar un proyecto con el fin de mejorar las condiciones de un pueblo al nordeste de Gambia. Nos facilitaron toda la información necesaria para afrontar esta aventura de una forma segura y tranquila. En el momento que íbamos a realizar este viaje nos encontramos que había algún que otro conflicto político en el país y, por lo tanto, las fechas variaron un poco más de lo esperado. Finalmente todo se arregló y realizamos el viaje 1 semana más tarde.

Salimos de Barcelona el 28 de enero hacia Casa Blanca, Marruecos, donde hacíamos una escala de unas 4 horas, antes de coger el último vuelo hacia Banjul, capital de Gambia. Ahí estábamos, eran las 4 de la mañana, nos subimos en un taxi y nos llevaron al hotel donde nos esperaban Pere y Roser (fundadores de la ONG Kuwonku), junto al resto de integrantes en este viaje. La verdad que es una sensación extraña, y a la vez única, llegar a un país tan diferente al tuyo y con una cultura bastante diferente a la tuya. Al día siguiente emprendimos el camino para llegar a Kuwonku, nos esperaban unas 6 - 7 horas de autobús, más una última 1 hora en coche por caminos entretenidos. Al fin llegamos y nos encontramos con una bienvenida única: cientos de chavales jóvenes corrían detrás de nosotros, nos agarraban de las manos, nos abrazaban... En fin, una sensación que es mejor vivirla que contarla. A nivel emocional, hasta día de hoy, ha sido el mejor viaje que he hecho en mi vida.

El concepto más grande que me llevo de éste es lo felices que son con lo poco que tienen. Me encantó conocer a la gente, como viven, su cultura, la comida... Un país muy pobre económicamente pero muy rico en felicidad. El único consejo que puedo dar es que todo el que se encuentre delante de una oportunidad para realizar un viaje de este estilo lo aproveche. La excusa del dinero no vale, este viene y va, pero hay experiencias solo se presentan una vez en la vida. Os dejo un pequeño video que hice. ¡Espero que os guste!

ONG KUWONKU, Gambia.

ONG KUWONKU, Gambia.

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Me llamo Oscar, tengo 20 años, y mi viaje a Gambia, al igual que mis compañeros, surge por medio de la ONG Kuwonku con motivo del seguimiento de un proyecto de carácter educativo en la localidad en que esta centra su actividad. El reto era único e irrenunciable, así que des del momento en que me propusieron formar parte del equipo no tuve ni la menor duda de que era el momento.

Los nervios y las ganas de llegar a Kuwonku eclipsaron el cansancio del largo trayecto en avión, bus y guele-guele (el equivalente a lo que para nosotros es un minibús). Sin duda que la primera de las aventuras fue el pequeño percance con el que topamos estando a escasos metros de nuestro destino final: quedarnos completamente encallados en un camino enfangado tras la lluvia del día anterior. ¡Suerte tuvimos de la pala que el conductor escondía en la parte trasera del vehículo!

Cuando por fin llegamos al poblado, el cálido recibimiento compensó la espera: mientras los más pequeños se acercaban para tomarte de la mano, las caras de los mayores dibujaban una sonrisa amable a la vez que pronunciaban el típico saludo mandinga: “ibiyé, tanaté, beninfama”.

Empezó la aventura, y con ella una interminable lista de experiencias que me hicieron cambiar la manera de pensar radicalmente en determinados aspectos. El proyecto de apadrinamientos fue sin duda el principal incentivo y medio de contacto con la cultura “mandinga”. Se trataba de ir familia por familia a convencer de la importancia que tiene la educación para el desarrollo y progreso social, económico y cultural del país. Finalizada esta primera fase, procedimos a actualizar el antiguo listado de alumnos del curso anterior y a montar un conjunto de vídeos en que aparecen las niñas y niños apadrinados dirigiendo unas breves palabras en inglés a sus padrinos.

El resultado fue del todo satisfactorio y actualmente el contacto con el profesorado de Kuwonku es diario. Cada vez el índice de menores con acceso a la escolarización es menor en el poblado, el trabajo realizado todos estos años por la ONG Kuwonku es patente.

No obstante, nuestro casual viaje al pueblo de Gunjur Kuta (situado a poco más de una hora de Kuwonku) nos hizo abrir los ojos des del primer instante. Los caminos eran impracticables, el ambulatorio estaba desbordado y el colegio se encontraba en una situación deplorable. La situación era alarmante y en nuestras manos estaba hacer algo al respecto, y sin darnos cuenta, ya estábamos maquinando lo que a día de hoy es el “Proyecto Escuela de Gunjur Kuta”.

Resulta impactante ver el cambio de fauna y flora que tiene lugar entre la etapa de sequía y la de lluvias, curioso lo largo que puede llegar a ser un saludo y la forma en que se elaboran los platos típicos. Sin duda, ¡un conjunto de sentimientos que jamás olvidaré!

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